Es un mineral de la clase de los silicatos. Su composición química es dióxido de silicio, con fórmula SiO₂. Su color puede ser muy variable: incoloro o blanco en su forma más pura, aunque también aparece en tonalidades rosas, moradas, ahumadas, amarillas o marrones, según las impurezas. Tiene brillo vítreo y una dureza de 7 en la escala de Mohs. Presenta fractura concoidea y no tiene exfoliación marcada. Suele ser translúcido o transparente y es muy resistente a la alteración. Cristaliza en el sistema trigonal, generalmente formando prismas hexagonales terminados en pirámides. El nombre proviene del alemán quarz, utilizado desde la Edad Media para designar este mineral. En España es muy abundante y aparece en numerosas regiones como Galicia, Cataluña, Castilla y León, Andalucía y Extremadura. A nivel mundial destacan los yacimientos de Brasil y Estados Unidos. Sus usos son muy variados: fabricación de vidrio, componentes electrónicos, óptica, relojería, joyería, materiales refractarios y como materia prima industrial.
