Es un mineral de la clase de los óxidos. Su composición química general es óxido doble de magnesio y aluminio, con fórmula MgAl₂O₄, aunque puede presentar sustituciones de otros elementos como hierro, cromo o zinc. Su color es muy variable: puede ser rojo, rosa, azul, violeta, negro, incoloro o verdoso, según sus impurezas. Tiene brillo vítreo y una dureza de 7,5 a 8 en la escala de Mohs. Presenta fractura concoidea o desigual y carece de exfoliación marcada. Suele ser translúcida o transparente en ejemplares gemológicos. Cristaliza en el sistema cúbico o isométrico, a menudo en octaedros bien formados. El nombre proviene del latín spina (espina), en alusión a la forma puntiaguda de algunos cristales. En España aparece en rocas metamórficas de alta temperatura, como en Córdoba o Málaga, aunque no en grandes cantidades. A nivel mundial destacan los yacimientos de Birmania (Myanmar) y Sri Lanka. Sus principales usos son como gema en joyería y, en menor medida, como mineral industrial y de colección
