Es un mineral de la clase de los sulfuros. Su composición química es sulfuro de hierro, con fórmula FeS₂, igual que la pirita, aunque se diferencia de ella por su estructura cristalina y propiedades físicas. Su color suele ser amarillo pálido a gris metálico, a menudo con tonos verdosos o iridiscentes por alteración. Tiene brillo metálico y una dureza de 6 a 6,5 en la escala de Mohs. Es frágil y presenta fractura desigual, sin exfoliación clara. Es opaca y se encuentra comúnmente en forma de agregados radiales, masas nodulares o cristales tabulares. Cristaliza en el sistema ortorrómbico. El nombre procede del árabe markaschita, utilizado en la Edad Media para distintos sulfuros metálicos. En España aparece en yacimientos asociados a la pirita, especialmente en la Faja Pirítica Ibérica, como en Huelva y Badajoz. A nivel mundial destacan los depósitos de Francia y Alemania. Sus usos son limitados, aunque puede emplearse como fuente secundaria de azufre y hierro, además de tener interés como mineral de colección.
